Esta mañana tengo muy poco tiempo, así que me limitaré a hacer una pequeña crónica de ayer.
Aunque el día pintaba muy mal, con un aguacero tremendo por la mañana, por la tarde salió el sol y hasta se agradecieron los sombreros hasta que nos dio la sombra, que fue enseguida.
Como nos temíamos, tuvimos que estar casi todo el tiempo tocando, aunque siempre hay gente a la que les parece poco. Yo creo que creen que la Banda tendría que ser como la "musica ambiental" que está  sonando todo el tiempo. Llevábamos 11 pasodobles, mas la Jota de los Toros y, además de los varios "da capo" de algunos, repetimos dos, osea 13, mas la Jota, mas los "da capo".
De la corrida no pondré mucho porque esto no es un periódico de información general: sólo que, al menos a mí, una corrida entera de rejones me parece bastante pesada. Los únicos que me parecen dignos de ver son los caballos y su maravillosa doma. Ver a un caballo andando hacia atrás, de lado o caracoleando no tiene precio. Si encima, los diestros no están muy acertados al matar, la cosa se alarga demasiado.
La merienda, como siempre, estupenda. Para mi es una despedida perfecta de las fiestas. Lo único que ayer no nos acompañaba era el olor, ya que, debido a las fuertes lluvias, el pasillo estaba casi inundado y los baños, que están cerca, despedían unos "efluvios" casi tóxicos.
Y ahora, a otra cosa: este miércoles tenemos ensayo a la hora de siempre y es imprescindible que estemos todos, ya que es el último antes de irnos a Épila y nos tendrá que servir de ensayo general, además de acordar horarios y demás cosas. Llevaré las hojas de autorizaciones para que los menores se las lleven a casa y las traigan firmadas al autobús, el sábado. ¡QUE NADIE SE LA OLVIDE EN CASA! Recordad que si viajáis sin vuestros padres, la hoja tendrá que estar firmada por uno de ellos y por la persona de la Banda, o familiar de otro músico, que se haga responsable de vosotros.
Del resto de cosas, informaré después del ensayo del miércoles.