El concierto didáctico ha quedado francamente bien. Los niños se lo han pasado estupéndamente y  a sus familiares, al menos con los que yo he hablado, les ha gustado mucho. Algunos, era la primera vez que venían y se han quedado agradablemente sorprendidos del cariño con el que hemos tratado a los pequeños y las bromas del director con ellos. A mi, en concreto, la explicación de la trompa, con el tubo y el embudo me ha gustado mucho. (Y ¡que buena es la trompista que ha colaborado con nosotros ¿eh?!, espero que lo haga en otras ocasiones). Por cierto, para los que no lo sepan, se llama Laura y fue compañera de Paco, en el Conservatorio Superior de Zaragoza.

Todos los músicos que han tocado un trocito solista de su instrumento, lo han hecho genial y se veía que se lo habían preparado. Alguno se ha puesto mas nervioso que otros, pero todos han estado muy bien. Pero el que se merece una mención especial es Miguel con su bombardino. ¡Que bien lo ha hecho!.

También quiero felicitar desde aquí a los pequeños porque, como siempre, han sido los primeros en estar allí, para montar sillas y atriles y lo que hiciera falta. Otros tenían que tomar ejemplo, unos porque llegan y se sientan a tocar, esperando encontrarse todo preparado, su silla, su atril  e incluso con malas caras si piensan que les han invadido su terreno y otros porque, después de faltar a casi todos los ensayos, llegan tarde y se van en un momento. ¡Que conste que eso no tendría que servir como asistencia al concierto! Menos mal que el director, que ya está acostumbrado, había previsto estas circunstancias y todos los papeles estaban cubiertos.


Y ahora un aviso que me ha pasado Jose Mari: el miércoles 27, se entra por la puerta de abajo, la de siempre, ya que somos los únicos que vamos a ir. Ese día terminaremos un poquito antes el ensayo y celebraremos los cumpleaños de los marceros. Como no hemos tenido tiempo de quedar en nada, nos arreglaremos con lo que tengamos allí.

¡Buen fin de semana, y hasta el miércoles!.

Un pequeño comentario que me dejé ayer (esto lo escribo ya, el domingo por la mañana): A pesar de todas las veces que lo advierto en el blog, ayer se presentaron dos chicos con chandal. Como, además, los dos llegaron tarde, no hubo posibilidad de decirles que se fueran a cambiar de ropa. No importa que después se tenga un partido o cualquier otro motivo: a los conciertos hay que ir bien presentados. No cuesta nada cambiarse después, así que no hay excusa.