Es reconfortante abrir el blog y encontrarme con varias entradas que no so mías pero, si estaba un tanto deprimida después del último ensayo no han servido para levantarme el ánimo. Pasa el tiempo y seguimos con el mismo problema de siempre: mientras no tengamos un local junto a la Escuela de Música no conectaremos con los futuros miembros de la Banda y por parte del Ayuntamiento, muchas bonitas palabras pero pocas soluciones. Es cierto que nos apoyan económicamente, pero no todo es siempre cuestión de dinero.
Por otra parte el sábado me llevé una desilusión enorme, fuí al ensayo convencida de que íbamos a estar un montón de gente y ¡sorpresa! había menos que un sábado cualquiera. Ya se que son la vacaciones de Semana Santa pero ¿tan difícil es empezarlas medio día mas tarde (o uno si se toma desde el viernes) y asistir al ensayo?.
No solo vamos cada vez menos gente, sino que no nos los tomamos en serio y hablamos sin parar (algunos más que otros). Y encima yo tuve que aguantar un bronca de mi hija que me dijo que ¡ya nos valía a los clarinetes, que no habíamos parado de hablar!
Un saludo. Estoy intentando ver cómo funciona esto. Y decir que yo también opino... Otra cosa es el qué.
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