Crónica del Concierto de Santa Cecilia, con más de una semana de retraso

Imagino que muchos habréis entrado al blog buscando la crónica del Concierto de Santa Cecilia. Lo siento, pero lo cierto es que últimamente no puedo dedicar mucho tiempo. Pero, aunque tarde, le dedicaré un momento ahora.
El día 18 fue un tanto agotador para la Banda y sobre todo para los de la Junta Directiva ya que al ensayo, casi general, de la mañana se añadió el de la tarde y el concierto, además de la preparación anterior y posterior del picoteo, para unos, y el acarreo de percusión, atriles y demás, de otros hasta el Centro de Congresos. Como siempre, antes de nada quiero agradecer a los padres que nos echaron una mano, así como algún músico que ya no está con nosotros, como Ángel, pero que ayuda siempre que se lo pedimos, como ha hecho desde el primer día.
El concierto fue un verdadero éxito. En mi norma de no poner aquí las obras interpretadas no hablaré de ellas por sus títulos, pero sí decir que el repertorio gustó muchísimo y que, como nos dicen siempre últimamente, fue el mejor de los que hemos tocado (algo a lo que todo músico aspira: que su última interpretación sea mejor que la anterior y así sucesivamente).
A la mitad del concierto hicimos el habitual acto de entrega de Diplomas a las nuevos músicos, que en esta ocasión fueron Feliz Arasanz, Diego Blasco y Silvia Penades (que no pudo recogerlo por motivos laborales). También entregamos el Diapasón de Honor, algo que la Junta decidió por unanimidad y mucho, mucho cariño, a nuestro querido compañero de tantos años, Juan Sanz. Él nos lo agradeció con unas hermosísimas palabras que nos emocionaron a todos, acerca de lo que significaba la música para los que la amamos y la vivimos.
Este años, además, tuvimos otro reconocimiento muy emotivo, la despedida oficial de José Betorz, nuestro Pepe, al que le dimos como recuerdo lo que escribí por aquí el día que dejó la Banda. También dijo unas palabra y a alguno se le saltaron las lagrimitas.
Después volvimos al local para seguir celebrándolo con socios y familiares. Como siempre, el picoteo estaba muy bueno y abundante (aunque esté mal que nos alabemos nosotros mismos) entregando al finalizar los Diapasones Humorísticos, ésta vez con nuevo formato, ya que hasta ahora los hacía Juan. Como siempre, fue un momento muy divertido y los textos de Alfredo, que habéis podido leer en la entrada anterior, son muy ingeniosos.  A los más jóvenes, y alguno no tanto, aún les quedaron ganas de seguir la fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Ahora ya estamos de lleno en la preparación del que, por una vez, no será el Primer Concierto del Año, sino el Último, ya que lo celebraremos el 30 de diciembre.