El sábado 3 de septiembre y tras un ligero retraso de algunos, salimos con dirección a Ejea gran parte de la Banda y acompañantes. No todos porque por varios motivos, unos cuantos llegaron a mediodía y otros, diréctamente al Pasacalles.
A las 11:30 llegábamos a nuestro destino y dejábamos los equipajes en el Albergue Juvenil en el que nos alojábamos e inmediatamente acudíamos a la Oficina de Turismo en dónde una amable guía nos acompañó en un recorrido por los monumentos y sitios más emblemáticos de la ciudad. Posteriormente nos acercamos a una Exposición permanente sobre el agua y sus distintos aprovechamientos y una Feria de muestras donde algunos compramos productos artesanos (en mi caso, chocolates). En el albergue nos reunimos con varios de los que llegaron en sus coches y comimos todos juntos. La comida excelente, pero apenas pudimos tener sobremesa ya que el ensayo, que estaba inicialmente programado para las 18:00, nos lo cambiaron a las 16:00, con el consiguiente disgusto de los siesteros.
A partir de este momento yo sufrí un incidente rocambolesco que me hizo perder la mitad, o más del ensayo y que me dejó agotada y nerviosa para toda la tarde. Por suerte todo se arregló y a las 19:00 empezábamos el pasacalles. Bueno, pasacalles o maratón, porque creo que nunca lo habíamos hecho a esa velocidad. Jajaja.
Al terminar y tras coincidir todas las Bandas (Calatayud, Ejea y nosotros) en la plaza frente al Teatro de la Villa, tocamos todos juntos Amparito Roca. Algo de vió toda Aragón, ya que salimos en directo en el programa Aragón en abierto.
A las 20:00 empezó nuestro concierto que, si nos atenemos a los comentarios de la propia gente de Ejea con la que tuvimos ocasión de hablar, gustó muchísimo. Debido a las casi veinte bajas, unas permanentes y otras accidentales, que tuvimos, sólo acudimos 29 músicos; por lo que éramos, con mucho, la Banda más reducida. Pero muchas veces la cantidad no es igual que la calidad y creo que los pocos que estábamos dejamos el pabellón realmente alto, con ese repertorio tan variado y un sonido mejor y más conjuntado que nunca. Después tocaron los de Calatayud y para finalizar, la Banda de Ejea de los Caballeros.
A las 22:00 tuvimos una cena de picoteo, invitados por los anfitriones y la noche se alargó para bastantes de los músicos. Otros, tuvieron que volverse a Barbastro al finalizar la cena.
Y como trasnochar y madrugar no caben en un costal, a la visita turística a Olite fuimos bastantes menos de los previstos. Ya teníamos reservada una visita guiada por la fortaleza palaciega, que es una verdadera maravilla y que recomiendo a todo el que aún no la conozca.
A las 14:00, tras recoger a los dormilones, comimos en un restaurante de Ejea. Creo que todos estarán de acuerdo en que la comida también fue muy buena y abundante. Al finalizar, unos se fueron en dirección a Zaragoza y otros volvimos a casa.
Espero que la visita fuera del agrado de todos los músicos y acompañantes, porque no sólo de música viven las Bandas. La convivencia y la diversión también ayudan a que el personal mantenga la ilusión y las ganas de seguir. Que ya sabemos que es algo complicado.
Estubo muy bien,gracias a todos por hacer ese día tan especial, porque yo fui solo la tarde del concierto.
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