Benjamin Britten: Phantasy Quartet (1932)

En un día como hoy, hace cien años, nacía el músico inglés Benjamín Britten. Creo que por este motivo, la mejor forma de conmemorar la festividad de Santa Cecilia, patrona de la Música, es escuchar un poco de su obra.


Y ahora, con motivo de este día, tan especial para nosotros, me vais a permitir que me ponga reivindicativa, dejando muy claro que hablo en mi propio nombre y no soy la portavoz de la Banda, aunque creo que muchos de mis compañeros estarán de acuerdo conmigo.

Ya conocéis todos los que nos seguís, tanto en este blog, como, y eso es lo mas importante, en nuestra actividad musical, que llevamos muuucho tiempo pidiendo un espacio únicamente para nosotros.
La sala del Centro de Congresos, que nos proporcionaron hace unos años, reunía casi todo lo que pedíamos, pero teníamos que montar y desmontar cada día, ya que se utiliza para muchos otros actos. Tantos, que acabamos en lo que todos sabéis que llamamos "el zulo", un recinto estrecho y de techos bajísimos, con columnas, frío en invierno y mucho calor en verano (hasta que nos teníamos que trasladar a la Escuela de Música, porque cierran el Centro por vacaciones). Después de muchas reuniones con la Alcaldía, en la última, en la que aportamos fotos de las condiciones en las que teníamos que ensayar, se nos aseguró que ya no tendríamos que volver allí y que, mientras se nos habilitaban dos aulas en el antiguo colegio Pedro I, ensayaríamos en la sala inicial y que si esto no era posible, en la parte del pasillo mas cercana a nuestro cuarto de material (para facilitar el traslado de la percusión, atriles y demás)y, si allí tampoco se pudiera por albergar alguna exposición, lo haríamos en uno de los dos escenarios: el del auditorio o el del multiusos.
En la sala 2 ensayamos, exáctamente, dos días al principio y otros dos mas adelante, enseguida tuvimos que salir al pasillo (sin problemas mientras hacía calor, con frío ya es otra cosa); en el ensayo siguiente, ya tuvimos que ponernos junto a las escaleras (con la consiguiente merma de espacio y con la luz muy escasa al tener sólo las luces del alto techo) pues la otra parte tenía una exposición. Los siguientes, en la sala Multiusos, pero no en el escenario, sino abajo, con poca luz y peor sonido. Otra vez a la sala, después al pasillo y hace unos días, a la sala de exposiciones de la primera planta (eso sí sólo con las luces del techo, no las direccionales, con lo que apenas veíamos las partituras) y ¡por supuesto! sin calefacción.
De vuelta al multiusos este último miércoles, hacía tantísimo frío (además de lo dicho de la poca luz y peor sonido) que tuvimos que ensayar con los abrigos puestos y echarnos el aliento en las manos de vez en cuando. Os imaginaréis como se nos quedaron los pies, al estar hora y media sentados. Y eso que tocar es una actividad que genera mucho calor. Los padres que tenéis a los hijos en la Banda, ya sabéis cómo llegaron a casa: completamente ateridos.
A todas estos problemas hay que añadir el principal: cada vez que llegamos al ensayo, además de la pregunta ¿dónde será hoy?, tenemos que acarrear todo el material. Cuando es en la primera planta, tenemos que subir timbales, batería, cajas de atriles, bongos,etc, en el ascensor. Cada cosa por separado, ya que no caben dos. Y volverlo a bajar. En algunas ocasiones, inútilmente, como pasó con los timbales en este pasado ensayo, ya que perdemos tanto tiempo en montar y desmontar que no pudimos ensayar la partitura en la que los necesitábamos... pero tampoco podemos dejarlos en el local y salir corriendo a por ellos, rompiendo el ensayo, si la hubiésemos tocado.
Creo que os habréis dado cuenta del calvario que estamos pasando y del amor a la música y a la Banda que se necesita para aguantar todo esto.
Se que, cuando empezaron a arreglarnos las aulas del Pedro I, algunas personas, de otras asociaciones, expresaron su malestar porque ellos tampoco tienen un local en condiciones. Creo que no es lo mismo. Nosotros no es que no sea el ideal, es que no tenemos absolutamente ninguno, somos nómadas y trashumantes, que llevamos nuestros instrumentos a donde menos molestemos.
Lógicamente, todos esperan de nosotros que toquemos lo mejor posible y que cumplamos con los compromisos de conciertos y actuaciones establecidos, pero el cómo lo consigamos parece que no es algo que preocupe mucho.
Como siempre, se aceptan comentarios, críticas a mi crítica y todo lo que cualquiera que lea esto, pueda considerar oportuno.


Aun así, estoy féliz de pertenecer a esta Banda y de compartir mi total y entregado amor por la Música, con los mejores compañeros del mundo. ¡FELIZ SANTA CECILIA, MELÓMANOS!