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Hoy, la gran Ella Fitzgerald (25/04/1916-15/06/1996) habría cumplido 96 años. Yo tuve la grandísima suerte de verla dos veces, primero en el Festival de Jazz de San Sebastián y después en el de Vitoria. Viendo algunas grabaciones de entonces me he dado cuenta de las consecuencias del paso del tiempo, y no solo el mas evidente del envejecimiento (mío), ya que la recordaba, en esos conciertos, como una señora muy mayor y ahora, al ver esas imágenes, me he dado cuenta de que no lo era tanto. Imagino que la causa principal es que yo entonces andaba por los veintipoquitos años.
Ayer, en el ensayo, nos acompañó Laura, una flautista a la que le gustaría tocar con nosotros y a la que animo a confiar en sus posibilidades, ya que la asustamos un poco con las obras que ensayamos: La Calesera y Recordando a un amigo (sobre todo la primera). Como le dije a ella, tocar en grupo siempre es complicado al principio pero, con voluntad y trabajo, no hay nada imposible (y un poco de materia prima ¡claro!). Nos interesa mucho incorporar a personas como ella, ya que al ser un adulto, su permanencia en la Banda estaría mas garantizada.
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