Después de anunciar en este blog los rayos y truenos que íbamos a tener que soportar en los toros, resulta que no cayeron nada mas que cuatro gotas, y cuando ya nos íbamos a casa. Tendré que cambiar de informante, ya que parece ser que la página que puso Ana Peropadre acierta mas.
En cuanto a la corrida de toros, creo que fue de lo mejor que se ha visto por aquí, los toreros tenían ganas de lucirse lo que se tradujo en orejas, vueltas al ruedo y que nosotros tuviéramos que tocar un montón.
El pobre Alfredo, que debía estar "matado" de tanta bailar decía en cada toro:"-Que no le den la oreja, que dará la vuelta al ruedo y tendremos que tocar"- Pero no tuvo suerte, y la dieron, creo, en cinco ocasiones.
Aún así, todavía hubo quien nos dijo que habíamos tocado poco y eso que tocamos las nueve piezas que llevábamos (8 pasodobles y la jota) y repetimos: Arruza, Peña Flamenca, Amparito Roca y Francisco Alegre. Osea que nos sale a dos por toro, mas la jota. Está visto que algunos creen que tenemos que tocar desde el paseillo hasta el final. Ante los gritos de ¡música!¡música!, Paco mira displicente y se levanta a dirigir cuando la ocasión lo merece.
La merienda fue estupenda, como siempre. Nos comimos un kilo y cuarto de jamón de jabugo, otro tanto de queso de oveja, el paté con setas, las patatas fritas de Soria (¡cómo hago patria!) y los encurtidos, con su correspondiente pan con tomate. ¡Qué bueno estaba todo!.
Y ahora a empezar con los ensayos del concierto de San Ramón: así que llevad en la carpeta las partituras: Glenn Miller, En el harén, Ecos del Pueyo (esta última no me la ha dicho Paco, pero imagino que volveremos a tocarla ya que tendremos que sacarle mas rendimiento, pues solo la hemos tocado una vez en Barbastro otra en Calanda y otra en Binefar).
Hasta el jueves.
¡¡ Qué grandes esas patatas de Soria !!
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