CRÓNICA DE LA SALIDA A CAPELLA

Al final conseguimos reunirnos 26 músicos y el Director. No es que fuéramos muchos pero menos mal porque no hubiésemos cabido en el escenario.

La parada en Graus nos llevó a la Virgen de la Peña. Cuando entramos en la basílica se oían unas voces cantando y alguien dijo que sería la Coral de Graus que estaría ensayando(en ese momento pensé que para ser una coral no lo hacían muy bien), pero no, eran Paco, Gabriel y Leyla que, en un ataque de regresión infantil, se partían de risa a nuestra costa. Los mas jóvenes subieron hasta el Sagrado Corazón mientras los mayores, o los mas vagos, nos quedábamos disfrutando de las vistas.

El concierto empezó con bastante retraso porque el pueblo estaba en misa y según contó Javier el cura aprovecha cualquier ocasión en que pilla a bastante gente para alargarla todo lo que puede. Cuando quisimos empezar la tarde estaba ya muy avanzada y hacía un frío de narices, yo no puedo quejarme porque, además de llevar un jersey debajo de la chaqueta, estaba protegida por el toldo lateral ya que por motivos de espacio me tuve que poner junto a la percusión.

No se si sería por el frío o por ese extraño motivo que nos hace correr como descosidos en los conciertos, pero el caso es que algunas piezas las tocamos como si nos persiguieran (curiosamente la única que esta vez tocamos mas tranquilos fue Luisillo). A medida que el concierto avanzaba nos íbamos quedando mas solos y si no hubiese sido por nuestros abnegados familiares (y sin embargo amigos ) allí no habría quedado nadie.

El pasacalles fue cortito, apenas tocamos Sprint y parte de la Mesonera pero yo acabé sin aliento, eso de tocar cuesta arriba es un poco duro. No se si la Mesonera no la terminamos porque habíamos llegado al local social o por que no poníamos una nota en su sitio. Entre que no se veía nada, que la partitura es pequeña, que muchos no vemos muy bien o por otras causas, el caso es que no nos quedaba para nota. El Sprint , ya dentro del local, fue otra cosa.

El picoteo fue de los de antología, que montón de comida, abundante y variada. Alguno comió hasta que no pudo mas ante posibles recortes de sueldo y previsibles penurias económicas (claro que el exceso de comida solo se acumula en la cintura no en la cuenta corriente). Cuando nos fuimos todavía seguían preguntado que si nos hacían mas longaniza....

Resumiendo: el concierto no fue de los mejores, pero, yo al menos, me divertí muchísimo y disfruté con la conversación y la compañía de todos y cada uno de vosotros, compañeros.