noticia aparecida en el periódico local "cruzado aragonés"
BARBASTRO
Javier Lanao: «El Pedro I además de ser la zona de ensayo también era un espacio reunión»
El director de la Banda de Música Ciudad de Barbastro, Javier Lanao, rememora para El Cruzado su paso por las instalaciones del Colegio Pedro I7
La demolición del CEIP Pedro I ya es casi una realidad. El colegio abrió sus puertas en 1938 y desde entonces han pasado muchos alumnos, profesores y en sus últimos años diversos grupos barbastrenses. Como en el caso de la Banda de Música Ciudad de Barbastro.
La Banda de Música Ciudad de Barbastro lleva desde 2014 ensayando y guardado su material e instrumentos en dos de las antiguas salas del Colegio Pedro I. “Nosotros hemos sido unos nómadas de alojamiento. La Banda Ciudad de Barbastro empezó en 1998 en la Escuela de Música. Luego fuimos al antiguo Cine Argensola. Pero como fue declarado con aluminosis, pasamos a la Oficina de la Juventud. De allí al Centro de Congresos y luego aquí”.
En cuestión de días esas paredes van a ser derribadas y el director de la banda, Javier Lanao, recuerda los momentos allí vividos. “Por aquí, además de la banda, han pasado grupos como los Jimenos Band. E incluso cuando vino el espectáculo de Rocío Dúrcal con el Dúo Tenampa, el grupo también ensayó con nosotros. Ha pasado mucha gente por aquí, existen recuerdos de todo tipo”.
Pero no todo era “trabajo”, ya que esas salas también se habían posicionado como un espacio de reunión. Por ahí han celebrado alguna pequeña fiesta y reuniones entre amigos. “En Santa Cecilia siempre hemos organizado alguna reunión. También hemos hecho pica-picas con otras bandas, hermanamientos, etc. E incluso alguna paella que se ha realizado en el patio con una banda valenciana que nos avisó de que venían”.
Varios miembros de la banda acudieron entre los pasados sábado 7 y domingo 8 a recoger todo el equipo y desmontar las estanterías.
Y para hacer la labor más llevadera, un amigo suyo les dio un inesperado regalo. “A media mañana, un amigo nuestro, un americano de Chicago afincado en Barbastro, vino con una botella de whisky y nos invitó a un chupito de despedida”, comenta entre risas.
Después de tanto tiempo y entre tanto material ha aparecido alguna que otra sorpresa entre sus pertenencias. “Han salido elementos de percusión que nunca los encontrábamos y finalmente han aparecido en cajas o en algunas esquinas. En los archivos también hemos recuperado partituras antiguas que antes tocaba la banda y ahora ya no. O algunas que nunca hemos llegado a introducir y piensas: Esto fue aquello que queríamos intentar, pues estaba bien… ¿Por qué no lo hicimos? Han aparecido objetos interesantes que te abren la expectativa de nuevas programaciones”.
De momento, la banda va a almacenar su material en el Centro de Congresos. Un espacio de acogida provisional debido al poco espacio que dispone para albergar tanta cantidad de instrumentos.
“Nosotros estamos aquí muy a gusto, entre otras cosas, porque tenemos la libertad de horarios. En el Centro de Congresos debemos ceñirnos a un horario porque dependemos de unos conserjes. Aquí disponíamos de la llave para que en el momento que debamos intensificar ensayos para fechas especiales como las fiestas mayores o las Navidades quedamos directamente nosotros, abrimos, hacemos el ensayo con nuestros horarios, recogemos el material y nos marchamos a casa”.
Aun con todo, entienden que es por una buena causa y están preparados para adaptarse a nuevas ubicaciones y situaciones.
“Comprendemos que el centro de salud es necesario. Lo primero es lo primero. La melancolía del edificio, pues bueno, ¿qué se podrían haber hecho algo más? No entramos allí, es un asunto en el que no pensamos. A nosotros se nos plantea la incertidumbre del adónde vamos a ir, con lo bien que estábamos aquí. Y sobre todo, el saber si vamos a disponer de un espacio donde podamos disfrutar de la misma libertad”, concluye Javier Lanao.
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