Ya se que he tardado varios días en publicar algo sobre la Cabalgata de Reyes, pero ha sido, casi, lo que me ha costado recuperarme del frío.
Aunque algunas veces ha sido mas llevadero, lo cierto es que siempre pasamos frío en ese acto, pero lo de esta vez ha sido totalmente inhumano. Casi tres horas para recorrer menos de 2 kilómetros con -4º o -5º (que las dos temperaturas me han dicho).
Y eso que habíamos salido con el cuerpo entonado por el chocolate con bizcochos que habíamos tomado en el local, después de recoger los trajes. Pero esa parada interminable en el Puente del Amparo (que ya se necesita tener ojo, y mala suerte, para que siempre nos paren allí), acaba con cualquier calor que lleváramos en el cuerpo. Ya se ha hablado de todas las formas posibles, de la barbaridad que supone ir subiendo a los niños a las carrozas de los Reyes Magos durante el trayecto, pero si desde el Ayuntamiento creen que deben mantenerlo, al menos que a nosotros nos permitan hacerlo toda de un tirón, ya que nuestras circunstancias (imagino que a los Gaiteros del Somontano les pasará lo mismo) son distintas al resto de comparsas, ya que no podemos llevar guantes (al menos los clarinetes y las flautas) ni podemos meternos las manos en los bolsillos entre villancico y villancico, porque tenemos que sujetar el instrumento.
Por otra parte, debido a la gran duración de la cabalgata, aunque llevábamos siete villancicos que repetimos cuatro o cinco veces cada uno, hay trozos en los que tenemos que avanzar sin tocar, por lo que aún habrá espectadores que creerán que no lo hicimos lo suficiente. Tampoco destaca por su organización, el llevar tres grupos con música a muy poca distancia unos de otros, por lo que nos teníamos que ir turnando a la hora de tocar.
Cuando llegamos al Coso aún nos dijeron que teníamos que bajar otra vez hasta el principio del paseo, tocando, a pesar de que no había absolutamente nadie mirando, lo que costó algún desencuentro con la organización. Al finalizar nos dieron una vales para un bocadillo y una bebida, que yo decliné para irme a mi casa a toda velocidad y entrar en calor de una vez.
¡Vamos! que creo que queda evidente que no estoy muy contenta. Espero que no haya que esperar a que ocurra alguna desgracia con un niño o que al día siguiente estemos media Banda con neumonía en el Hospital, para que se ponga remedio.
Como nos hemos tomado unos pocos días de vacaciones, volveremos a los ensayos el miércoles, 18 de enero.
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