Como ya dije anteriormente, hoy hemos tenido una reunión en la Escuela de Música: La concejala, la directora, los profesores que van a impartir las clases, los padres de los alumnos que las recibirán, alumnos mas mayores y varios miembros de la Banda de Música. En esta reunión se ha informado de que la contratación de los dos profesores: el de trompeta y el de mini-banda la asumirá la Banda,
En el caso de la clase de trompeta, los recibos que los alumnos pagan irán desdoblados en dos: uno girado por la Escuela con el importe de la clase de Lenguaje Musical y otro, girado por la Banda por la clase individual de instrumento. El Ayuntamiento se ha comprometido a reintegrarnos ese importe en nuestro presupuesto anual.
La clase de mini-banda la asume en su totalidad la Banda, por lo que será gratuita para los alumnos. El horario de esta asignatura es el mismo que hasta ahora, así como su profesor, Francisco Caracciolo.
El profesor de trompeta es Sergio Agraz y los horarios serán también los mismos que tenían con Paco. De todas las formas, si alguien tiene algún tipo de problema puede ponerse en contacto con él a través de la Escuela de Música.
Cualquier duda será respondida por la Escuela ya que, a efectos docentes, todo seguirá igual que en cursos anteriores.
Y ahora a otra cosa: hoy hemos celebrado el super-cumpleaños de enero. Lo que pretendía ser un ligero picoteo se ha convertido casi en una comida ya que, a lo que teníamos de meriendas anteriores se han añadido tres tortillas de patatas que ha llevado la madre de David Samitier, un pastillo de calabaza aportado por Guillermo, un bizcocho de la madre de Manuel Periz, embutidos y bebidas de la madre de Gabriel Torrente y el resto porque no les he dejado. Aún así ha sobrado otra vez un montón de comida (las tortillas, bizcochos y pastillos, no, que nos los hemos comido enteritos) ¡qué bueno estaba todo! ¡y a esas horas con el hambre que teníamos!. Los de febrero ya tienen casi montada la celebración de ese mes.
Como ya dije en otra ocasión, estas celebraciones son totalmente voluntarias y nadie tiene que sentirse obligado. En el caso de este mes, éramos ocho los que lo celebrábamos, pero habrá meses en que lo hagan muchos menos y nadie espera que nos monten una "merendola". (Y les vamos a querer y a tirar de las orejas igual).
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